UBICACIÓN
CARACTERISCAS
Su
datación corresponde a un periodo comprendido entre los años 1.500 y
1.000 a.C. Geográficamente ocupó territorios de la actual provincia de
Manabí y el noroeste de la provincia del Guayas y la península de Santa
Elena, con importantes contactos en el sur de la región interandina como
el caso de Narrío, en la provincia del Cañar, Cotocollao en Pichincha, en el interior de las cuevas de los Tayos y junto a los ríos Upano y Santiago, en la región oriental.
Emilio Estrada y Julio Viteri Gamboa la descubrieron en 1958 y la interpretaron como una prolongación de Valdivia, intermedia con Chorrera, sin embargo se la prefiere considerar como una cultura con su propio desarrollo autónomo dentro del período Formativo Medio.
Su
alimentación se basó -al igual que en Valdivia- principalmente en la
agricultura y en el aprovechamiento de los recursos marinos, para lo
cual utilizaban, redes para la pesca en la orilla y anzuelos hechos de
madreperla para las aguas profundas.
En la cerámica Machalilla se dan interesantes innovaciones tipológicas
como la aparición de los recipientes antropomorfos que, sin perder su
funcionalidad original, adquieren las sugerentes formas humanas en las
que el alfarero captó su propia imagen o la de su grupo social.
Se
han identificado hasta 23 formas de recipientes con sus
correspondientes variantes, formas que se pueden agrupar en los
siguientes tipos: cuencos, ollas, platos, botellas con pico alto y
cilíndrico, botellas con asa de estribo. La pasta de la cerámica es más
fina que la de la Valdivia con un elaborado acabado exterior constituido
por un engobe rojo. Existen además piezas en las que se utilizó la
técnica del quemado del fuego reducido, con poca entrada de aire y que
produce la cerámica con superficies negras, en algunos casos decoradas
con líneas grabadas post-cocción.
Algunas
figurillas tienen un rostro redondo con una nariz prominente y
aguileña. Se nota además la presencia de ojos “granos de café”
constituidos por una bolita de barro con una incisión horizontal.
Las viviendas Machalilla -de las que existen evidencias en Salango-
tenían forma rectangular y se levantaban sobre pilotes. Como una
innovación en cuanto a costumbres funerarias se refiere, los “machalillas” enterraban a sus deudos en el interior de sus viviendas.
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